miércoles, 27 de octubre de 2010

Nuevas formas, viejos conceptos

Siguiendo un poco con las reflexiones de hoy sobre la crisis educativa, me gustaría hacer una pequeña aportación que, pese a centrarse en una clase de primaria, es en mi opinión extensible, no sólo al ámbito de la formación escolar, si no a toda la vida. Al fin y al cabo, nunca dejamos  aprender de esta, o al menos esa es la idea.

Me siento sumamente afín al "método" de este profesor, tanto por los valores que trata de transmitir a sus alumnos como por lo medios que utiliza a tal efecto. Tal y como yo lo veo, este profesor tiene por delante esa idea que esta tarde se comentó, aquello que dice que el valor principal de la enseñanza (y su máxima aspiración) es "formar buenos humanos" (o "buenas personas" o algo similar... no recuerdo las palabras exactas, pero es ese concepto).

Hay que mencionar que lo que aquí se propone no es una revolución en la metodología de enseñanza, ni en sus principios, más bien todo lo contrario: se trata de hacer hincapié en los valores humanos más elementales.
Pero al mismo tiempo, hay un enfoque que, a mis ojos, resulta algo revolucionario... El profesor trata a los niños como tales, pero en ningún momento olvida que se trata de seres humanos, y los respeta en la medida en la que no les oculta nada, ni lo bueno, ni lo malo: es crudo en todo lo que hace o dice, que no es lo mismo que cruel.

En cierto modo, les prepara para ser adultos: la noción de responsabilidad personal tiene una presencia muy fuerte, no sólo de cara hacia uno mismo, si no de cara hacia el propio grupo... así, tambien entienden que han de perseguir la felicidad, no sólo la propia, si no la ajena. Uno de los niños de hecho lo dice muy claramente: "Todos hemos de ser felices: si uno no lo es... ¿cómo vamos a serlo los demás?"

¿Una pequeña conclusión? La de siempre: que el respeto va por delante, y es la base en cualquier relación humana, y que si no estamos educados en ello, por brillantes que seamos en otros aspectos, estaremos fracasando como seres humanos.
Una máxima de la cual, como futuro educador, estoy dispuesto a hacer proselitismo hasta el final.

Por supuesto, el documental no es perfecto.
A mi me molestan ciertos detalles excesivamente tendenciosos por parte de la narradora, así como lo evidente del conflicto dramatico en torno al cual se articula (por otro lado, de una manera tan perfecta que podría ser una ficción...) el avance de la cinta. Pero supongo que al fin y al cabo son requisitos del negocio...
 
Y, francamente, más allá de estas reflexiones, que pueden estar más o menos cogidas por los pelos en lo que se refiere a nuestra materia, creo que hay un valor intrínseco a este documental que brilla con luz propia, y sólo por eso merece la pena ser compartido y disfrutado.
Incluso aunque no sea este el espacio más adecuado.

Aquí los links:
"Pensando en los demás"

Parte 1: http://www.youtube.com/watch?v=Pb_ZJ_xnx6I&feature=related
Parte 2: http://www.youtube.com/watch?v=8-mPRGLpzP0&NR=1
Parte 3: http://www.youtube.com/watch?v=6HA6BFsD57U&feature=related
Parte 4: http://www.youtube.com/watch?v=vA_qA526-hU&feature=related
Parte 5: http://www.youtube.com/watch?v=mbz_bIoisoQ&feature=related


José Garnelo

1 comentario:

  1. Hola:

    Supongo que cada cuál habrá sacado sus propias conclusiones de lo visto en este fantástico documental (y digo fantástico, porque aquí, en España, parece de ficción, al menos desde mi perspectiva personal), las mías son dos o tres que me gustaría exponer:

    La primera es la aparente necesidad de amor y reconocimiento por parte de los demás y hacia los demás con la que parece que nacemos o nos hacemos, pero sin las cuales todo lo demás carece de importancia, incluso el instinto de supervivencia (téngase en cuenta sino el suicidio). Quiero decir con esto, que alumnos emocionalmente lastrados o aislados, muy difícilmente podrán alcanzar los objetivos básicos de cualquier plan de estudios. Espero que se tenga en cuenta, a partir de ayer, que un alumno al que se le ha muerto su mascota está tan minuscapacitado (perdón por inventarme palabras) como si cayese enfermo de una gripe. (Tanto la una como la otra se pueden “curar”).

    Y la segunda idea es que, a los profesores se les exige saber de su materia y en ella se han formado, pero no se le exige ni se les ha formado en cuanto a la atención emocional de los niños que tendrá a su cargo. Lo único que sabe es lo que de su vida a aprendido, y aprender también se aprenden cosas malas; malos métodos, malas actuaciones, malas intenciones... erróneas o equivocadas, pero, y este es el punto, no ha recibido formación emocional, del mismo modo que ha recibido formación académica. Quizás sea buena la idea de cursos anuales, dirigidos a los profesores, donde puedan aprender y desaprender formación emocional, y donde se puedan poner al día de por donde van los tiros (pues ahora estamos en la transición a un nuevo modelo educativo, pero dentro de unos años seguramente quedará atrasado, como ha sucedido con los anteriores).

    (Nota: en castellano, el género masculino, cuando hablamos o escribimos de forma general, engloba también al femenino. Por eso cuando pongo “profesores” me estoy refiriendo a “profesores y profesoras”, cuando pongo “niños” hablo de “niños y niñas”, etc. Espero que entendáis que no hablar políticamente correcto, no quiere decir que discrimine). ; )

    Gracias por acercarnos este documental. Un saludo. ^^

    Ricardo F. V.

    ResponderEliminar