martes, 16 de noviembre de 2010

acerca de las expectativas


El caso de los negros en Stockton

En Stockton, California, un número desproporcionado de niños negros obtienen rendimientos escolares pobres, y ya de adultos, empleos muy poco remunerados (…).

La etnoecología de la escolarización se refiere a la idea que tiene la gente sobre la escolarización y que influye en su participación en los acontecimientos en la escuela y en su interpretación de ellos. También consiste en un estudio de la escuela, de las formas sociales e históricas que influyen en las percepciones, en el conocimiento de y en las respuestas a la escolarización. La etnoecología de los habitantes de Stockton que controlan la escolarización en Burgherside (los “contribuyentes”), un barrio de negros y chicanos de rentas bajas, tiene una gran influencia en la política local de educación. Los “contribuyentes” y los “no contribuyentes”. Tales categorías se usan para ordenar la realidad a la hora de tratar con la gente de rentas bajas y con la minoría negra. Aquellos que se clasifican a sí mismos como contribuyentes son generalmente blancos de rentas medias o altas. Un “no contribuyente” no concurre la combinación de esos atributos, y en particular si es receptor de ayudas institucionales (…).

Los contribuyentes ven su ciudad como una comunidad en la que se dan oportunidades iguales para todos. Creen que ellos son los verdaderos representantes de la “cultura corriente” de Stockton. Creen que cualquiera que lo desee puede asimilar esa cultura. Y consideran que quienes “se resisten” a la asimilación son gente que no desea adoptar los valores que pueden transformarlos en ciudadanos “útiles” y contribuyentes “responsables”. Entienden que una de sus responsabilidades es transformar a los no contribuyentes en contribuyentes, por medio de la educación en la escuela pública y de la formación para un empleo. Esta tarea (…) es guiada por sus percepciones y estereotipos.

Un ejemplo. Las notas de 17 niños negros y chicanos durante cinco años: todos, salvo uno, recibieron C (aprobado raso en el sistema norteamericano), aunque en cada uno de los niveles la maestra escribía que era “evidente” el “progreso” de su alumno. No se les enseñó a asociar el esfuerzo o el trabajo con los logros altos.

Cuando examinamos la forma en que los contribuyentes gestionan la escolarización en Burgherside (…) no pueden considerarse esfuerzos dirigidos a permitir que los no contribuyentes se conviertan en contribuyentes. Se opera según modos que refuerzan el fracaso escolar. Al llegar a adultos o se convierten en empleados marginales o pasar a ser “tutelados” por la comunidad, lo que crea otro rol para los contribuyentes, el de benefactores.

Los habitantes de Burgherside, no creen que sea una comunidad con igualdad de oportunidades. Algunos tienen certificados académicos en sus bolsillos pero no pueden encontrar empleo como obreros de fábricas o jornaleros de campo. Esto crea falta de ilusión, de esfuerzo, de optimismo.

Muchos niños no toman el trabajo escolar en serio. Por un lado, los padres defienden la obligación de ir a la escuela. Por otro,  el hecho de ir bien en la escuela no significa que les pueda suceder lo mismo en la sociedad ya de adultos. No es que los niños se desilusionen, sino que aprenden a rechazar el “sistema”.

Otra respuesta al techo limitado de empleo es lo que los negros llaman estrategias de supervivencia. Son de dos clases. Una consiste en estrategias dirigidas a incrementar los recursos económicos y sociales convencionales de la comunidad negra. Entre ellas está la lucha colectiva y las actividades en defensa de los derechos humanos. La otra clase consiste en buscar chanchullos, andar de chulo, meterse en negocios oscuros y otras cosas por el estilo, estrategias dirigidas a explotar recursos económicos y sociales no convencionales y de economía sumergida.

Tanto la gente que tiene éxito en el sistema económico y de status como aquellos que lo consiguen en la calle, son vistos como “gente de éxito”. Los niños intentan imitarlos.

Los niños comienzan probablemente a aprender tales estrategias en los años preescolares. Cuando acceden por primera vez a la escuela, es posible que encuentren ya dificultades de aprendizaje.

Los negros creen que no es posible confiar en que las escuelas públicas vayan a educar a sus hijos o les vayan a dar una “correcta educación”. Su desconfianza es resultado de un tratamiento discriminatorio.

Por ejemplo, comenzaron a luchar contra la exclusión total cuando se abrieron las escuelas públicas en 1853. Luego lucharon contra las escuelas segregadas hasta 1879, cuando finalmente fueron admitidos en las mismas escuelas que los blancos “entre las protestas de muchos ciudadanos (blancos)”. Los negros y chicanos de Stockton aún piensan que sus hijos van a escuelas segregadas e inferiores.

El conflicto y la desconfianza fuerzan a las escuelas a adoptar posturas defensivas en forma de control, paternalismo o de ambas cosas. Todo esto produce una etnoecología que genera desilusión y falta de perseverancia, produce desconfianza y conflicto, que limitan el grado de aceptación a las reglas de la escuela, colocándola en una postura defensiva hacia los negros.

En otro lugar se han descrito estos acontecimientos de la escuela y el aula: deficiente comunicación entre maestros y padres y entre maestros y alumnos, maestros que emplean distintas formas de evaluación, orientadores que dan definiciones clínicas de los problemas académicos de los niños, conductas disruptivas de los niños en el aula, escasa asistencia a la escuela y falta de actitudes y esfuerzos serios de los niños con respecto a las tareas.

John Ogbu (1939-2003), fue un antropólogo nigeriano-americano, conocido por sus teorías en contra del determinismo biológico y de la correlación raza-inteligencia. Esto que aquí subo es un extracto de su obra "Etnografía escolar. Una aproximación a nivel múltiple", que leí el año pasado... ayer cuando hablábamos sobre las expectativas (de clase), me acordé de este artículo. Lo interesante es que pongamos en cuestión este modelo lejano, y calibremos del mismo modo lo que aquí cerca también sucede. En mi barrio, sin ir más lejos, o en el poblado gitano de un ayuntamiento vecino.

 http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=3084


marta guirado aramburu




1 comentario:

  1. Que interesante la publicación Marta! Que tristeza que pasen estas cosas! Es asqueroso, lo odio, me da una rabia infinita!!

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