viernes, 19 de noviembre de 2010

Inclusión o recuperación de la creatividad?

Desde que éramos pequeños estudiantes soñábamos con clases motivadoras. A lo mejor no las describíamos con esta palabra, pero podíamos describir las sensaciones. Una clase que no nos hiciera estar pendiente del reloj, que no nos llevase a tirarnos papelitos con notas en busca de diversión, buscar ese punto fijo para disimular la atención…Si no llevábamos el reloj, la pregunta más recurrente era: ¿cuánto falta? Da igual que fuese en Primaria, en Secundaria o en la Facultad. Es más, el número de veces que se repetía la pregunta por clase incluso iba aumentando con el paso de los años. Y el número de veces que mirábamos el reloj era inversamente proporcional al interés que despertaban las palabras de aquel profesor (o profesora).
Y digo “soñábamos” porque soñar era lo único lo que nos pertenecía en los primeros años de cole. Soñábamos y hacíamos soñar a quien nos rodeaba. Y se nos permitía. Hasta que llegó un día que nuestra espontaneidad dejó de ser la opción. Pasamos de la “opción” a la “corrección”, de lo “diverso y diferente”, a lo “único y válido”, pasamos directamente de lo divertido a lo aburrido.
Esta es mi pequeña reflexión por la necesidad de llevar la creatividad a las aulas: cómo hacer clases de Educación Física, de Dibujo, de Matemáticas…, creativas.
Y es que ponemos como excusa: los niños son más creativos que los adultos. Es que a los niños los motivamos, reímos con sus comentarios, provocamos respuestas increíbles…Hasta que pasan de sentarse en la alfombra de goma de colores y jugar con plastilina y puzles a sentarse en filas simétricas, siempre en el mismo orden y con la misma dinámica. Es entonces cuando se les empieza a cortar la creatividad a tijeretazos, como si de un arbusto se tratase, y van creciendo seres uniformes con vida. Y ya no se admite la respuesta más creativa, sino sólo una, la correcta.
No es que debamos hacer clases creativas, es que necesitamos ayudar a formar mentes creativas. La cuestión no es incluir creatividad en la docencia, es que nunca la debimos perder. Propongamos, entonces, la recuperación de la creatividad.

Este es un pequeño video que nos habla de este proceso de pérdida. ¿Cómo lo hemos permitido?


Noelia M. Vidal

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