Supongo que la mayoría de los que seguís este blog conocéis a Chema Madoz,  pero para los que no, es uno de los fotógrafos españoles más conocidos internacionalmente hoy en día (me gustaría hablaros de otros fotógrafos estupendos, pero no viene al caso, sería no ceñirme al formato, ¡ya nos ha pasado con otros trabajos!). Las imágenes en blanco y negro de Madoz suelen estar cargadas de surrealismo y ironía. En ellas los objetos  que aparecen cobran una nueva función. 

Aquí os dejo un link para que veáis un poco su obra:

http://www.youtube.com/watch?v=721_Hl_YHdM

En una entrevista en la que le preguntaban un poco sobre sus primeras influencias, de dónde procedía esa visión suya en la que nada es lo que parece, comentó lo siguiente:

«Recuerdo una anécdota de mi infancia. El primer día de clase llegué tarde. Todos los demás niños estaban ya sentados alrededor de una mesa grande en la cocina, y no había espacio para mí. La profesora me dijo: No te preocupes, ahora mismo te preparamos un sitio. Y abrió la puerta del horno para que me sirviera de pupitre. Me senté en mi banqueta, con el cuaderno sobre la puerta abierta, mirando al interior negro del horno»

Yo, personalmente, creo que la escuela debe facilitar herramientas para que, cada niño, pueda crear su propia visión del mundo, su propia creatividad, su propio pensamiento crítico y no tender a una masa de  seres homogéneo. En concreto, considero a ese ser homogéneo, un tanto peligroso. Por ello veo tan importante los conocimientos y actitudes que se adquieren en la escuela, como ese pensamiento crítico.

Cuando apareció el cine, las primeras imágenes seguían un patrón muy estático. Planos generales, los personajes entraban por un lado, salían por el otro, persecuciones, etc. Evidentemente parte de ello eran las limitaciones técnicas, las cámaras pesaban mucho, etc... Pero también existía otro factor: no existía el lenguaje visual que tenemos hoy en día. Si mostrábamos un plano muy corto parecería que le cortábamos la cabeza al actor !! que marrón !! En ese sentido, la mirada del niño en la escuela sufre una serie de evolución similar. Siempre recordaré a una niña pequeña que iba por la calle hace unos días espantando con la mano las hojas marchitas de los árboles que le venían directamente a la cara por la fuerza del viento. En un momento dado preguntó al adulto que iba con ella:
-Vienen las hojas, ¡es primavera! - y a continuación comenzó a cantar una canción en la que la primera era la protagonista por que "venían las hojas"

El adulto que iba con ella, simplemente le dijo que no. Y la niña dejó contrariada de cantar.

y sin tiempo para más, me despido !!

un saludo!

María !!