miércoles, 3 de noviembre de 2010

Anécdota

La semana pasada el profesor mencionó a Burrhus Frederic Skinner durante una clase (20 de Marzo de 1904- 18 Agosto de 1990) fue un psicólogo y autor norteamericano. Condujo un trabajo pionero en psicología experimental y defendió el conductismo, que considera el comportamiento como una función de las historias ambientales de refuerzo. Escribió trabajos controvertidos en los cuales propuso el uso extendido de técnicas psicológicas de modificación del comportamiento, principalmente el condicionamiento operante, para mejorar la sociedad e incrementar la felicidad humana, como una forma de ingeniería social. Pues bien, durante la lectura del libro"El misterio de la voluntad perdida" de José Antonio Marina pag. 24, Skinner cuenta una curiosa anécdota:
Inmediatamente después de la revolución, el gobierno soviético culpabilizó al ambiente social de la miseria del pueblo. Muchos rusos no tenían educación, eran improductivos, se comportaban mal y no eran felices. El nuevo régimen quiso cambiar la situación poniendo en practica las teorías de Pavlov sobre los "reflejos condicionados". Así se conseguiría la gran transformación. Pero lo cierto es que en los primeros años de la década de los treinta, el nuevo gobierno ya lo había intentado sen conseguir que los rusos fueran más educados, más productivos y más felices. Entonces, cambió la teoría oficial del gobierno. Pavlov cayó en desgracia y fue sustituido por una psicología acusadamente voluntarista. Era responsabilidad del ciudadano -y solo suya- conseguir educación, rendir en el trabajo, comportarse bien y ser feliz.
A medio camino entre la tragedia y el esperpento, se convierte la historia de las ideas en una comedia de equivocaciones. ¿Es esto lo que a menudo penden hacer los gobiernos con la educación de los ciudadanos?

Luis Martínez Romero

No hay comentarios:

Publicar un comentario