domingo, 14 de noviembre de 2010

Si una persona del S.XVIII arrivara en nuestra época -y aquí os permito imaginar el cómo-, quedaría apabullado ante los avances tecnológicos actuales: la electricidad, los sistemas de comunicación, las energías renovables, los edificios, la ropa, etc. Sin embargo, si a esa misma persona la metiéramos en el aula de cualquier escuela, se sentiría como en casa: los pupitres alineados de la misma forma, la pizarra en el mismo sitio, el mismo cierre del espacio, el mismo sistema....

Ciertamente, no tengo una solución para el problema de este modelo heredado y sé que es muy complejo realizar modificaciones en la estructura de cualquier sistema institucionalizado, veamos ejemplos como la Iglesia, los partidos políticos, la economía, etc.

"Arrebuscando" por la red, me he encontrado con el siguiente vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=nPB-41q97zg&NR=1.  La verdad es que no nos proporciona una receta mágica al problema, pero sí que nos ofrece una punto de partida, que a mí personalmente me parece interesante como herramienta a utilizar. Espero que os sirva de algo.
                                        
                                  V. Rey

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